viernes, 8 de mayo de 2015

La Poesía ante la Guerra

He recopilado unos cuantos poemas, sobre todo escritos por soldados ingleses de la Segunda Guerra Mundial, en los cuales, los autores escriben sobre los horrores de la Guerra.

Para empezar, el estilo es muy cuidado y se puede apreciar un claro distanciamiento con el resto de corrientes de aquella época, como el vanguardismo. La métrica, la rima y el ritmo son bien cuidados, donde destacan sobre todo cuartetos, cuadernavías, etc. Es curioso, ya que realizar una poesía tan cuidada es muy difícil cuando justo fuera de tu trinchera, o en la trinchera misma, están cayendo bombas o disparos de ametralladora. Sí, gran parte de los poemas fueron escritos durante la guerra. Podemos ver los manuscritos originales, que no son mas que tinta sobre un papel sucio. Tolkien, quien luchó en esta misma guerra, hacía algo similar. Gran parte de las tierras de Arda y sobre su historia fueron creadas en una trinchera. ¿Será porque la guerra es algo tan horrible que es inevitable crear alguna forma de escapar de ella, generándose creatividad?

El contenido es igual de interesante que el estilo.  Los soldados eran gente normal antes de la guerra. Un profesor, un médico, un estudiante... Esta fue la última guerra donde casi todos los soldados eran voluntarios. Fue la última expresión del patriotismo. Eran gente llena de orgullo y esperanza. Pero sólo con una pequeña vislumbrancia de la guerra, estos jóvenes tan orgullosos se rompieron mental y físicamente. En los poemas podemos ver una terrífica indiferencia a la guerra, de lo horrible que es, el organismo tiende a suprimir los sentimientos. La ambientación es oscura, donde los jóvenes experimentan, a través de la muerte, la pérdida que de algo que veían sagrado.

Es una poesía que, a pesar de tener una métrica muy cuidada, expresa los horrores de la guerra desde un entumecimiento, desde una insana indiferencia. No hay mejor forma que expresar los horrores de una guerra que a través de la poesía. Ni mágenes ni sonidos pueden expresar el terror de estas almas perdidas.


                                                                                                                 Miguel Mitsou Errandonea