Epístolas
roñosas
Miguel
Mitsou Errandonea
Epístola I
De Emil a Vile
He llegado, a pesar de un
largo, aunque bonito viaje a Madrid, la capital. Entré a la
península a través de Roncesvalles, cruzando los Pirineos, y me asenté en
Pamplona un día. Una ciudad limpia, no muy grande y ordenada. Al día siguiente
llegué a Madrid en tren. He venido con un determinado objetivo, pero no puedo
evitar observar y criticar la vida llevada a cabo en este lugar.
Lo que más me ha podido llegar
a sorprender es la escasez de honra y de decencia en mucha gente, sobretodo la
menos educada. Al desmontarme del AVE, tuve que participar en una disputa de
palabras con una persona que insistía en ponerse en frente de mí en la cola
para comprar tiquetes de transporte público. Es muy tediosa la presencia de un
egoísmo profundo, de la falta de colaboración social y del ceñimiento a uno
mismo y los parientes cercanos. No hay motivación de colaboración.
Aunque está claro que gente
indecente hay en todas partes al igual que decente. Pregunté a un señor sobre
la ruta que había que seguir para alcanzar la embajada, y muy amablemente me
indicó que camino debía de seguir.
Nada mas llegar a la embajada,
noté como la mitad de las personas presentes no estaban trabajando como es
debido, distrayéndose, blando con el vecino, navegando en Internet sobre temas
de ocio que claramente no estaban relacionados con el trabajo que deberían de
estar haciendo, jugando a algún juego o incluso pasando las horas de trabajo en
la cafetería ¿A caso son gente inconsecuente? ¿No saben que cuanto menos
trabaja uno más tendrá que estar en la oficina? Me irrita el hecho de que la
gente piense en el placer inmediato y hedonista. Y el problema es que después,
la mayoría de estos, por llamarlos de alguna forma, “trabajadores despistados”
se quejan de que tienen que trabajar demasiado los fines de semana, que no
tienen descanso, se quejan de recortes, y a los que despiden, se quejan de los
recortes. En Finlandia, esto no pasa. Se trabaja y luego se descansa, si hay
tiempo. Pero aquí la situación parece compleja pero es simple. Las personas con
altos cargos políticos roban, son corruptos, la misma historia de siempre. Pero
en realidad, son exactamente igual que los “trabajadores despistados”, la única
diferencia es que sus acciones las pagan las altas consecuencias todo el mundo
y en gran medida. Pero los ordinarios, con cargos inferiores, al quejarse de
estos políticos, son tan ciegos que no ven que se están quejando de sí mismos,
y lo que hacen es vaguear y quejarse, mientras que los políticos vaguean y
prometen.
Hablé con Eustaquio, una
persona decente y trabajadora, que no es superficial y que me agradó nada más
conocerle, y que te gustaría seguramente conocerle, si esto se daba solo en la
oficina, y si yo estaba exagerando. Él dijo que no estaba exagerando. Me comentó
de en este país, y en general, en los países mediterráneos, la gente
sobrevalora al hedonismo, las siestas, el estar cómodo sin mucho que hacer.
Conversamos por un tiempo, y al final, acabamos de acuerdo en una cosa; el
clima afecta a la actitud de las personas, ya que cuando fuera hace un clima
agradable, las personas tienden a aprovecharlo lo máximo posible, haciendo
siestas, en general, vagueando, mientras que en zonas donde el clima es menos
placentero, donde hace frío, no hay otra que quedarse en casa y trabajar. Y
esto es algo que lleva sin cambiar mucho tiempo. Me gustaría conocer tu
opinión, la verdad, ya que siempre tienes algo inteligente que comentar.
Y le dí unas vueltas, y en efecto, le
encuentro el sentido a este argumento, pero lo que no pude entender cómo la
gente no ve que al estar en su trabajo diez horas al día y que dos sean
productivas es algo perjudicador. Pero después me vino a la mente que en
realidad, deben de estar moralmente mal educados, gente cuyos padres y abuelos
eran así, y gente que en la escuela no les han presionado demasiado, que no han
tenido que esforzarse mucho, cambiar esta manera de trabajo, y por ello, no lo
hacen ahora. Y me pregunto, ¿está este país condenado a estar en lo más bajo?
En realidad, es gente como mi amigo
Eustaquio, que trabaja eficientemente, no se anda por las ramas, y que sabe
distinguir horas de descanso, horas de trabajo y horas de sueño.
Pero me entristeció el saber
que Eustaquio se mudaría a Francia dentro de unos meses. Es una pena que no
halla mucho espacio para el desarrollo. El hecho de que gente no trabajadora
ocupe puestos y cargos y que impida que otros, como Eustaquio puedan,
eficientemente, llevar una vida con un sueldo digno. Los médicos, ingenieros,
abogados y más personas con estudios académicos y que valen para lo que se
dedican, resulta, que muchos de ellos se ven forzados a irse de este país,
porque aunque ellos funcionen como deben, la sociedad no, y tendrían que pasar
hambre para poder quedarse aquí. Se ven obligados a irse a países como
Alemania, Francia, Suecia, en general, el norte de Europa, donde quien vale,
vale, y quien no, pues es asignado un trabajo.
O al menos se mudan al norte de España, donde (hace más frío) la gente
es algo más honrada y trabajadora. Prueba de esto es Pamplona, donde las calles
están limpias, la tasa de paro no es muy alta, y la gente, aunque es más
cerrada que en el sur, es agradable, como Begoña, una señora encantadora con la
que tuve tiempo a charlar un tiempo corto sobre que esperar de este país. No me
dejó con altas expectativas.
Y es el caso de Hermenegildo,
primo de Eustaquio, que me hizo ver la situación tan desesperada de la
sociedad, ya que, no es el único caso. Hermenegildo es peluquero, un oficio
decente y perfectamente respetable, y su clientela no es mucha pero es estable.
Una señora, cuya función era de limpiar y ayudar en casi todo, que trabajaba
allí decidió marcharse por temas irrelevantes, y dejó una plaza libre en este
local. Esta señora estaba contenta con ganar un saldo bajo. Él tuvo muchas
solicitudes de entrevistas para llenar este hueco, y acabó sin llenarlo, porque
ofrecí lo mismo que la señora cobraba. Resulta que la gente se ponía mínimos
altísimos, y se negaban a trabajar “por tan poco”. ¿Te lo puedes creer? Un país
con la plagado con del paro, ¿y plazas de trabajos vacías? ¿Cuál es el
problema? El paro. Claro, este trabajo pagaba algo menos que lo que uno
recibiría normalmente con el paro, entonces se queda hueco. Y aquellos que deciden
parasitar de los demás decentes, acaban por salirse con las suyas, y el
gobierno español no se molesta en hacer nada. ¿No piensan que lo único que
hacen es perjudicarse a sí mismos? Dime, ¿que harías tú, en este caso, para
evitarlo? Necesito tu consejo. Estoy elevadamente furioso por esta situación,
incluso sabiendo que no soy de aquí y volveré a Finlandia dentro de muy poco.
Después, hay manifestaciones,
que los políticos roban, que son corruptos, todo es su culpa de la voces de los
ciudadanos, y llegan al extremo de manifestaciones violentas, con sangre y sus
respectivos heridos. Es cierto, unos políticos roban, otros son incompetentes,
y la mayoría, las dos cosas. Pero el país no es llevado sólo por estas
personas, sino por los trabajadores. Por los funcionarios y el resto de
ciudadanos y campesinos. ¿Qué es un país sin su población? Si, si los políticos
no cambian y la sociedad sí, es verdad, el país tendría límites, pero, mejor se
viviría, y cuanto más decente y trabajadora una población, más agallas hacen
falta para tirar tanto esfuerzo por la borda, y provocar la furia de las
personas. Pero como están ahora las cosas, las personas tienen que cambiar para
que pueda ser una manifestación legítima. Y es más, hoy en día, las
manifestaciones pasan de ser una acción pública totalmente digna, legal y
justa, a un jauría de adolescentes problemáticos que buscan la violencia y
hacer pasar al tiempo, cuando en vez de estar cambiando algo, ensucian la
ciudad.
Yo mismo estuve en una
manifestación, esta vez pacífica. No fui allí para protestar, si no de pasada.
De lejos se escuchaban megáfonos, peticiones extraorbitantes e irreales, y la
verdad, me alegró ver como una población no se conforma con el abuso por parte
de los políticos y sale a la calle porque eso es lo que parece lo correcto. Al
acercarme a la masa, mi opinión sufrió un cambio radical al ver que en
realidad, eran un gran grupo de jóvenes sucios y con unas pintas de bohemios
que se notaba que se estaban esforzándose para serlo, bebiendo alcohol en las
calles y fumando marihuana en las esquinas, si no estaban con algún megáfono o
tambor. No era una manifestación, por mucho que estuviera maquillada de ello,
si no un gran “botellón”, que lo llaman aquí. Me quedé perplejo. ¿No se daban
cuenta que el presidente, sólo porque unos jóvenes consumieran drogas en las
calles, no iba a cambiar de repente y empezar a ser honrado? ¿No se enteraban
que esa manifestación cambiaba las cosas a peor porque lo único que hacían era
ensuciar la ciudad?
Ese es otro problema que este
país que tiene que luchar. La juventud. España salió de una dura dictadura hace
unos 39 años, relativamente pronto. El modo de vida cambió radicalmente, y no
se supo cómo llevar a cabo este cambio. Se abrieron nuevos horizontes en la
cultura, y empezaron a salir gente culta, y se abrieron horizontes en la droga
y sexo, y los jóvenes se aferraron tanto a ello, que la honda expansiva de
aquella explosión sigue afectando a los jóvenes de hoy en día. Niñas fumando a
los trece años, chavales emborrachándose a los tiernos catorce, chicas con
menos de diecisiete años con ropa extraordinariamente explícita, chavales de
quince años consumiendo marihuana… son cosas que he visto con mis propios ojos
por las calles, paseando, incluso por el día. Ya sabes que a mí me gusta pasear
por la mañana y disfrutarla, bien, pues, no he presenciado una amanecer sin
borrachos merodeando las calles de su ciudad e estados muy cercanos a la
mismísima muerte.
Epístola II
Del mismo al mismo
Tras una larga y agradecida conversación con Eustaquio, y muy
a mi pesar, mi visión no mejoró. En Finlandia, las mujeres son consideradas
como seres humanos, y tiene la misma importancia que cualquier hombre. Una
madre soltera está bien visto, y es bendecida con facilidades para que ella y
su hijo o hija puedan llevar un vida perfectamente normal.
Una mujer que ha estudiado una ingeniería industrial y ha
sacado matrículas de honor y masters será aceptada antes que un hombre con sólo
el grado en casi todos los trabajos., y también viceversa. La mujer no es
tratada como superior, sino igual.
Le hablé sobre esto a Eustaquio y me explicó en caso de su
hija. Ella estudió medicina en una universidad altamente respetada, y aunque no
tuviera ningún tipo de matrículas de honor, se sacó el título con facilidad.
Una chica brillante y estudiosa. Me choca mucho que a una mujer como su hija no
pudiera encontrar trabajo en ninguno de los hospitales, prestigiosos o no, ya
que siempre había un hombre. Mi mente está, llegados a este punto, confusa e
impide mi entendimiento de la situación, ya que es conveniente mantener a todas
las ramas de la sociedad contenta para una buena estabilidad.
Epístola III
Del
mismo al mismo
La
educación, me he enterado al mantener diversas conversaciones con gente de la
oficicna, que el Estado no para de llevar a cabo lo que llaman ‘recortes’,
decisiones del Estado de acortar las aportaciones a los servicios sociales y el
despido de mucha gente para tener que invertir menos en dichos servicios. Sería
de gran placer para mí poder tener a una sola persona o grupo, meterles en una
prisión, y zanjar el problema de una vez. Pero este es el sur de Europa, aunque
lugar muy bello con una cultura muy vívida como su gente, el tema de politica y
sociedad es controvertido, ya que, como he dicho antes, no es sólo culpa de la
gente o de los políticos. Es cierto que hay trabajadores que sobran al no ser
eficientes, pero hay muchos trabajadores que son imprescindibles, y son
despedidos. Hay ciertos políticos que hacen su trabajo bien con interés el bien
de la sociedad, y hay otros que sólo ven un espejo constantemente. En sectores
como educación y sanidad, no puede haber dudas, y no se deberían acortar. Pero
aún así, se hace. La sanidad, aunque no es el caso catastrófico de Estados
Unidos, podría ser mejorable, ya que me ha contado Eustaquio, que aunque
médicos haya muy capaces, lo que falta es una organización decente, ya que hay
que pasar por muchos obstáculos para poder recibir una atención, y uno de ellos
es la espera. La sanidad privada no es eficiente, aunque, lógicamente muy
costosa. La educación en los colegios públicos podría definitivamente
mejorarse, pero no es el caso de Estados Unidos, donde reina el caos y la
desorganización, como la falta de cultura. Pero de todos modos, no es para nada
positiva. Sobretodo el método de educación.
Ha tardado
mucho el Ministerio de Educación en siquiera considerar que la educación basada
sobretodo en los exámenes y no en el aprendizaje no es la mejor. De hecho, es
en mi opinión, una de las peores. Aquí, los alumnos más decentes, ya que
aquellos que sobrevaloran al hedonismo de forma exorbitante no merecen ser
mencionados, estudian un temario para determinado examen, en el examen
‘vomitan’ todo lo que han memorizado, ya que aprender no forma parte del
sistema todavía (aunque poco a poco va ganando importancia), y al no
necesitarlo más, lo borran completamente de sus mentes. Esto se lleva a tal
punto, que en las carreras universitarias, determinado conocimiento tiene como
el conocimiento escolar, y los alumnos no la tienen, aunque por un período
corto de tiempo al tuviesen, se le ha partido de la mente, y es como si nunca
lo hubiesen adquirido. En Finlandia, que bien sabrás, cada vez más hay menos
exámenes, menos deberes y tareas, y más trabajo en equipo, conocimiento a
partir de experimentos, etcétera. Esto
refuerza que a los estudiantes se les grabe en la memoria, que lo comprendan,
sin que tener jamás abandonar el conocimiento. Pero, aunque hay una promesa de
cambio en un futuro cercano, pero lejano para los estudiantes, existe una
prueba para acceso a la universidad, que también está presente en otros países,
llamada ‘selectividad’. En Finlandia, una vez superada la educación superior
escolar, los estudiantes pueden acceder en las universidades o grados con
respecto a su nota en el colegio, o algunas veces necesitarán una prueba de
inglés, que a deiferencia de España, el nivel en Finlandia es muy alto y tiene
una clara importancia y presencia en la educación. En este examen los alumnos
se juegan una gran parte de la nota de acceso a la universidad, y basta con
tener un mal día para tirar el futuro de uno mismo al tártaro. Aunque está bien
que la media del colegio cuente más, y por esto concluyo que no está
desastrosamente organizada la educación, pero definitivamente mejorable.
FIN
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