jueves, 23 de octubre de 2014

Epístoals Roñosas (Imitación de las Cartas Marruecas de José Cadalso.)

Epístolas roñosas
Miguel Mitsou Errandonea



Epístola I
De Emil a Vile  

He llegado, a pesar de un largo, aunque bonito viaje a  Madrid, la capital. Entré a la península  a través de Roncesvalles, cruzando los Pirineos, y me asenté en Pamplona un día. Una ciudad limpia, no muy grande y ordenada. Al día siguiente llegué a Madrid en tren. He venido con un determinado objetivo, pero no puedo evitar observar y criticar la vida llevada a cabo en este lugar.

Lo que más me ha podido llegar a sorprender es la escasez de honra y de decencia en mucha gente, sobretodo la menos educada. Al desmontarme del AVE, tuve que participar en una disputa de palabras con una persona que insistía en ponerse en frente de mí en la cola para comprar tiquetes de transporte público. Es muy tediosa la presencia de un egoísmo profundo, de la falta de colaboración social y del ceñimiento a uno mismo y los parientes cercanos. No hay motivación de colaboración.
Aunque está claro que gente indecente hay en todas partes al igual que decente. Pregunté a un señor sobre la ruta que había que seguir para alcanzar la embajada, y muy amablemente me indicó que camino debía de seguir.

Nada mas llegar a la embajada, noté como la mitad de las personas presentes no estaban trabajando como es debido, distrayéndose, blando con el vecino, navegando en Internet sobre temas de ocio que claramente no estaban relacionados con el trabajo que deberían de estar haciendo, jugando a algún juego o incluso pasando las horas de trabajo en la cafetería ¿A caso son gente inconsecuente? ¿No saben que cuanto menos trabaja uno más tendrá que estar en la oficina? Me irrita el hecho de que la gente piense en el placer inmediato y hedonista. Y el problema es que después, la mayoría de estos, por llamarlos de alguna forma, “trabajadores despistados” se quejan de que tienen que trabajar demasiado los fines de semana, que no tienen descanso, se quejan de recortes, y a los que despiden, se quejan de los recortes. En Finlandia, esto no pasa. Se trabaja y luego se descansa, si hay tiempo. Pero aquí la situación parece compleja pero es simple. Las personas con altos cargos políticos roban, son corruptos, la misma historia de siempre. Pero en realidad, son exactamente igual que los “trabajadores despistados”, la única diferencia es que sus acciones las pagan las altas consecuencias todo el mundo y en gran medida. Pero los ordinarios, con cargos inferiores, al quejarse de estos políticos, son tan ciegos que no ven que se están quejando de sí mismos, y lo que hacen es vaguear y quejarse, mientras que los políticos vaguean y prometen.

Hablé con Eustaquio, una persona decente y trabajadora, que no es superficial y que me agradó nada más conocerle, y que te gustaría seguramente conocerle, si esto se daba solo en la oficina, y si yo estaba exagerando. Él dijo que no estaba exagerando. Me comentó de en este país, y en general, en los países mediterráneos, la gente sobrevalora al hedonismo, las siestas, el estar cómodo sin mucho que hacer. Conversamos por un tiempo, y al final, acabamos de acuerdo en una cosa; el clima afecta a la actitud de las personas, ya que cuando fuera hace un clima agradable, las personas tienden a aprovecharlo lo máximo posible, haciendo siestas, en general, vagueando, mientras que en zonas donde el clima es menos placentero, donde hace frío, no hay otra que quedarse en casa y trabajar. Y esto es algo que lleva sin cambiar mucho tiempo. Me gustaría conocer tu opinión, la verdad, ya que siempre tienes algo inteligente que comentar.

 Y le dí unas vueltas, y en efecto, le encuentro el sentido a este argumento, pero lo que no pude entender cómo la gente no ve que al estar en su trabajo diez horas al día y que dos sean productivas es algo perjudicador. Pero después me vino a la mente que en realidad, deben de estar moralmente mal educados, gente cuyos padres y abuelos eran así, y gente que en la escuela no les han presionado demasiado, que no han tenido que esforzarse mucho, cambiar esta manera de trabajo, y por ello, no lo hacen ahora. Y me pregunto, ¿está este país condenado a estar en lo más bajo? En realidad, es  gente como mi amigo Eustaquio, que trabaja eficientemente, no se anda por las ramas, y que sabe distinguir horas de descanso, horas de trabajo y horas de sueño.

Pero me entristeció el saber que Eustaquio se mudaría a Francia dentro de unos meses. Es una pena que no halla mucho espacio para el desarrollo. El hecho de que gente no trabajadora ocupe puestos y cargos y que impida que otros, como Eustaquio puedan, eficientemente, llevar una vida con un sueldo digno. Los médicos, ingenieros, abogados y más personas con estudios académicos y que valen para lo que se dedican, resulta, que muchos de ellos se ven forzados a irse de este país, porque aunque ellos funcionen como deben, la sociedad no, y tendrían que pasar hambre para poder quedarse aquí. Se ven obligados a irse a países como Alemania, Francia, Suecia, en general, el norte de Europa, donde quien vale, vale, y quien no, pues es asignado un trabajo.  O al menos se mudan al norte de España, donde (hace más frío) la gente es algo más honrada y trabajadora. Prueba de esto es Pamplona, donde las calles están limpias, la tasa de paro no es muy alta, y la gente, aunque es más cerrada que en el sur, es agradable, como Begoña, una señora encantadora con la que tuve tiempo a charlar un tiempo corto sobre que esperar de este país. No me dejó con altas expectativas.

Y es el caso de Hermenegildo, primo de Eustaquio, que me hizo ver la situación tan desesperada de la sociedad, ya que, no es el único caso. Hermenegildo es peluquero, un oficio decente y perfectamente respetable, y su clientela no es mucha pero es estable. Una señora, cuya función era de limpiar y ayudar en casi todo, que trabajaba allí decidió marcharse por temas irrelevantes, y dejó una plaza libre en este local. Esta señora estaba contenta con ganar un saldo bajo. Él tuvo muchas solicitudes de entrevistas para llenar este hueco, y acabó sin llenarlo, porque ofrecí lo mismo que la señora cobraba. Resulta que la gente se ponía mínimos altísimos, y se negaban a trabajar “por tan poco”. ¿Te lo puedes creer? Un país con la plagado con del paro, ¿y plazas de trabajos vacías? ¿Cuál es el problema? El paro. Claro, este trabajo pagaba algo menos que lo que uno recibiría normalmente con el paro, entonces se queda hueco. Y aquellos que deciden parasitar de los demás decentes, acaban por salirse con las suyas, y el gobierno español no se molesta en hacer nada. ¿No piensan que lo único que hacen es perjudicarse a sí mismos? Dime, ¿que harías tú, en este caso, para evitarlo? Necesito tu consejo. Estoy elevadamente furioso por esta situación, incluso sabiendo que no soy de aquí y volveré a Finlandia dentro de muy poco.

Después, hay manifestaciones, que los políticos roban, que son corruptos, todo es su culpa de la voces de los ciudadanos, y llegan al extremo de manifestaciones violentas, con sangre y sus respectivos heridos. Es cierto, unos políticos roban, otros son incompetentes, y la mayoría, las dos cosas. Pero el país no es llevado sólo por estas personas, sino por los trabajadores. Por los funcionarios y el resto de ciudadanos y campesinos. ¿Qué es un país sin su población? Si, si los políticos no cambian y la sociedad sí, es verdad, el país tendría límites, pero, mejor se viviría, y cuanto más decente y trabajadora una población, más agallas hacen falta para tirar tanto esfuerzo por la borda, y provocar la furia de las personas. Pero como están ahora las cosas, las personas tienen que cambiar para que pueda ser una manifestación legítima. Y es más, hoy en día, las manifestaciones pasan de ser una acción pública totalmente digna, legal y justa, a un jauría de adolescentes problemáticos que buscan la violencia y hacer pasar al tiempo, cuando en vez de estar cambiando algo, ensucian la ciudad.

Yo mismo estuve en una manifestación, esta vez pacífica. No fui allí para protestar, si no de pasada. De lejos se escuchaban megáfonos, peticiones extraorbitantes e irreales, y la verdad, me alegró ver como una población no se conforma con el abuso por parte de los políticos y sale a la calle porque eso es lo que parece lo correcto. Al acercarme a la masa, mi opinión sufrió un cambio radical al ver que en realidad, eran un gran grupo de jóvenes sucios y con unas pintas de bohemios que se notaba que se estaban esforzándose para serlo, bebiendo alcohol en las calles y fumando marihuana en las esquinas, si no estaban con algún megáfono o tambor. No era una manifestación, por mucho que estuviera maquillada de ello, si no un gran “botellón”, que lo llaman aquí. Me quedé perplejo. ¿No se daban cuenta que el presidente, sólo porque unos jóvenes consumieran drogas en las calles, no iba a cambiar de repente y empezar a ser honrado? ¿No se enteraban que esa manifestación cambiaba las cosas a peor porque lo único que hacían era ensuciar la ciudad?

Ese es otro problema que este país que tiene que luchar. La juventud. España salió de una dura dictadura hace unos 39 años, relativamente pronto. El modo de vida cambió radicalmente, y no se supo cómo llevar a cabo este cambio. Se abrieron nuevos horizontes en la cultura, y empezaron a salir gente culta, y se abrieron horizontes en la droga y sexo, y los jóvenes se aferraron tanto a ello, que la honda expansiva de aquella explosión sigue afectando a los jóvenes de hoy en día. Niñas fumando a los trece años, chavales emborrachándose a los tiernos catorce, chicas con menos de diecisiete años con ropa extraordinariamente explícita, chavales de quince años consumiendo marihuana… son cosas que he visto con mis propios ojos por las calles, paseando, incluso por el día. Ya sabes que a mí me gusta pasear por la mañana y disfrutarla, bien, pues, no he presenciado una amanecer sin borrachos merodeando las calles de su ciudad e estados muy cercanos a la mismísima muerte.















Epístola II
Del mismo al mismo


Tras una larga y agradecida conversación con Eustaquio, y muy a mi pesar, mi visión no mejoró. En Finlandia, las mujeres son consideradas como seres humanos, y tiene la misma importancia que cualquier hombre. Una madre soltera está bien visto, y es bendecida con facilidades para que ella y su hijo o hija puedan llevar un vida perfectamente normal.

Una mujer que ha estudiado una ingeniería industrial y ha sacado matrículas de honor y masters será aceptada antes que un hombre con sólo el grado en casi todos los trabajos., y también viceversa. La mujer no es tratada como superior, sino igual.
Le hablé sobre esto a Eustaquio y me explicó en caso de su hija. Ella estudió medicina en una universidad altamente respetada, y aunque no tuviera ningún tipo de matrículas de honor, se sacó el título con facilidad. Una chica brillante y estudiosa. Me choca mucho que a una mujer como su hija no pudiera encontrar trabajo en ninguno de los hospitales, prestigiosos o no, ya que siempre había un hombre. Mi mente está, llegados a este punto, confusa e impide mi entendimiento de la situación, ya que es conveniente mantener a todas las ramas de la sociedad contenta para una buena estabilidad.





Epístola III
Del mismo al mismo

La educación, me he enterado al mantener diversas conversaciones con gente de la oficicna, que el Estado no para de llevar a cabo lo que llaman ‘recortes’, decisiones del Estado de acortar las aportaciones a los servicios sociales y el despido de mucha gente para tener que invertir menos en dichos servicios. Sería de gran placer para mí poder tener a una sola persona o grupo, meterles en una prisión, y zanjar el problema de una vez. Pero este es el sur de Europa, aunque lugar muy bello con una cultura muy vívida como su gente, el tema de politica y sociedad es controvertido, ya que, como he dicho antes, no es sólo culpa de la gente o de los políticos. Es cierto que hay trabajadores que sobran al no ser eficientes, pero hay muchos trabajadores que son imprescindibles, y son despedidos. Hay ciertos políticos que hacen su trabajo bien con interés el bien de la sociedad, y hay otros que sólo ven un espejo constantemente. En sectores como educación y sanidad, no puede haber dudas, y no se deberían acortar. Pero aún así, se hace. La sanidad, aunque no es el caso catastrófico de Estados Unidos, podría ser mejorable, ya que me ha contado Eustaquio, que aunque médicos haya muy capaces, lo que falta es una organización decente, ya que hay que pasar por muchos obstáculos para poder recibir una atención, y uno de ellos es la espera. La sanidad privada no es eficiente, aunque, lógicamente muy costosa. La educación en los colegios públicos podría definitivamente mejorarse, pero no es el caso de Estados Unidos, donde reina el caos y la desorganización, como la falta de cultura. Pero de todos modos, no es para nada positiva. Sobretodo el método de educación.

Ha tardado mucho el Ministerio de Educación en siquiera considerar que la educación basada sobretodo en los exámenes y no en el aprendizaje no es la mejor. De hecho, es en mi opinión, una de las peores. Aquí, los alumnos más decentes, ya que aquellos que sobrevaloran al hedonismo de forma exorbitante no merecen ser mencionados, estudian un temario para determinado examen, en el examen ‘vomitan’ todo lo que han memorizado, ya que aprender no forma parte del sistema todavía (aunque poco a poco va ganando importancia), y al no necesitarlo más, lo borran completamente de sus mentes. Esto se lleva a tal punto, que en las carreras universitarias, determinado conocimiento tiene como el conocimiento escolar, y los alumnos no la tienen, aunque por un período corto de tiempo al tuviesen, se le ha partido de la mente, y es como si nunca lo hubiesen adquirido. En Finlandia, que bien sabrás, cada vez más hay menos exámenes, menos deberes y tareas, y más trabajo en equipo, conocimiento a partir de experimentos, etcétera.  Esto refuerza que a los estudiantes se les grabe en la memoria, que lo comprendan, sin que tener jamás abandonar el conocimiento. Pero, aunque hay una promesa de cambio en un futuro cercano, pero lejano para los estudiantes, existe una prueba para acceso a la universidad, que también está presente en otros países, llamada ‘selectividad’. En Finlandia, una vez superada la educación superior escolar, los estudiantes pueden acceder en las universidades o grados con respecto a su nota en el colegio, o algunas veces necesitarán una prueba de inglés, que a deiferencia de España, el nivel en Finlandia es muy alto y tiene una clara importancia y presencia en la educación. En este examen los alumnos se juegan una gran parte de la nota de acceso a la universidad, y basta con tener un mal día para tirar el futuro de uno mismo al tártaro. Aunque está bien que la media del colegio cuente más, y por esto concluyo que no está desastrosamente organizada la educación, pero definitivamente mejorable.




FIN

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